El origen del crochet y sus beneficios: tejer bienestar, calma y creatividad
Descubre el origen del crochet, una técnica ancestral que combina arte, creatividad y bienestar. Conoce su historia, su evolución y los beneficios emocionales de tejer a crochet.
Söt Kreative
10/9/20253 min read


¿Qué es el crochet y de dónde viene?
El crochet, también conocido como ganchillo, es una técnica artesanal que utiliza una aguja con gancho para entrelazar hilos y crear tejidos únicos. Aunque su origen exacto es incierto, los historiadores coinciden en que el crochet moderno surgió en Europa durante el siglo XIX, inspirado en antiguas tradiciones de tejido procedentes de Arabia, China y América del Sur.
El término “crochet” proviene del francés croche, que significa “gancho”. A lo largo del tiempo, se convirtió en una práctica común en los hogares europeos, donde se elaboraban encajes, prendas y adornos a mano.
Durante el siglo XX, el crochet se popularizó en todo el mundo y hoy vive un hermoso renacer: es sinónimo de creatividad, sostenibilidad y bienestar emocional, uniendo tradición y modernidad en cada puntada.
Una tradición que une generaciones
El crochet no solo es una técnica, sino también una expresión cultural y emocional. En muchas familias, el arte de tejer ha pasado de generación en generación, convirtiéndose en una forma de conexión entre madres, hijas y abuelas.
En el pasado, el crochet se utilizaba para crear ropa de abrigo, manteles, cortinas o detalles decorativos. Con el paso del tiempo, se transformó en una manifestación artística que permite crear desde prendas modernas hasta amigurumis y accesorios personalizados.
Actualmente, miles de personas redescubren en el crochet una práctica terapéutica y una fuente de ingresos creativa gracias al auge de los productos hechos a mano y el movimiento slow living.
Los principales beneficios del crochet para la mente y el bienestar
Además de ser una técnica artesanal hermosa, tejer a crochet tiene grandes beneficios psicológicos y emocionales. Diversos estudios lo asocian con una mejora significativa en el estado de ánimo, la concentración y la relajación mental.
Reduce el estrés y la ansiedad
El movimiento repetitivo del tejido genera un efecto calmante similar a la meditación. Concentrarse en los puntos y en el hilo ayuda a desconectar de los pensamientos negativos y a recuperar la calma interior.
Mejora la concentración y la memoria
Seguir patrones, contar vueltas y planificar diseños estimula la mente. Tejer a crochet mantiene activo el cerebro y mejora la coordinación mano-ojo.
Fortalece la autoestima y la creatividad
Cada proyecto terminado representa un logro personal. Ver cómo un simple hilo se transforma en algo bello refuerza la confianza y la sensación de propósito.
Fomenta la conexión social
Existen comunidades de tejido, tanto presenciales como online, donde se comparten técnicas, ideas y motivación. El crochet une personas y crea lazos de apoyo y amistad.
Promueve la atención plena (mindfulness)
Tejer requiere paciencia y enfoque, ayudando a vivir el presente sin prisas. Es una forma sencilla de practicar el mindfulness a través de la creatividad.
Crochet como terapia: el poder de crear con las manos
Cada puntada de crochet puede convertirse en un acto de autocuidado y sanación emocional. Por eso, muchos terapeutas recomiendan esta práctica como apoyo para la ansiedad, la depresión leve o el insomnio.
El crochet nos enseña a disfrutar del proceso, no solo del resultado. Permite liberar la mente, expresar emociones y encontrar equilibrio en medio de la rutina diaria.
Además, fomenta la autosuficiencia y la sostenibilidad, ya que promueve el uso de materiales naturales y la creación consciente.
tejer es sanar, crear y conectar
El crochet es mucho más que una manualidad: es un arte que teje historias, emociones y bienestar. Su origen, cargado de tradición, nos recuerda que lo simple también puede ser profundo.
En cada puntada hay paciencia, amor y creatividad. Por eso, tejer a crochet no solo produce prendas hermosas, sino también momentos de calma y plenitud.
Si aún no lo has probado, quizá sea el momento perfecto para tomar un gancho, una lana y dejar que tus manos creen magia.